Imatge Atenció familiarLa familia es el grupo natural de relación que tiene una persona. Sea cual sea su composición, es el escenario de las primeras vinculaciones y procesos de apego que permiten aflorar las capacidades de pensamiento en el bebé. Proporciona lo que se ha denominado la “base segura” (Bowlby 1986). Por eso el grupo familiar de convivencia es el primero que sufre las alteraciones en la salud mental de sus miembros, a pesar de no ser conscientes de ello en más de una ocasión.

El gasto emocional y económico que soportan las familias en las que uno de sus miembros está sufriendo un trastorno mental grave es importante y, a veces, desmesurado en relación a los beneficios que se obtienen. El estigma con que otros grupos sociales han tratado a estas personas ha dificultado la implantación de estrategias comunitarias de tratamiento que mejoraran la calidad de vida de las personas que sufren este tipo de trastornos.

Tal y como ya hemos comentado, la prevención de la salud mental tiene que partir de la comunidad, reduciendo los factores de riesgo que provocan la aparición del trastorno (Artigue J, Tizón JL. 2014), para mejorar la calidad de vida y productividad de las familias. Las actividades preventivas pues, tendrían una base comunitaria y aparecerían en los canales habituales por donde las familias reciben información: servicios educativos, sanitarios y sociales. En este sentido tampoco se descartan acuerdos de colaboración con asociaciones de familiares y usuarios y con otras entidades.

Si bien actualmente “Internet” es una fuente de información importante en los hogares de las personas, las intervenciones que se proponen a continuación necesitan un apoyo no virtual por su desarrollo. Su realización implica el intercambio de palabras, sentimientos y emociones que tratan de modular y generar esperanza mediante la instauración de nuevos patrones de comunicación en los grupos familiares.

Grupos de orientación a familias:

Objectivo: orientación a padres con hijos que tienen dificultades en las relaciones: padres que no saben como manejar situaciones de dificultades en la vinculación, de límites en los comportamientos, de absentismo y/o aislamiento relacional o de sufrimiento por un trastorno emocional. Este es, en buena parte de los casos, uno de los primeros síntomas de los estados EMAR. Según el ámbito en el que se realice puede pesar más, en la composición del grupo, una de las situaciones mencionadas y el grupo se orientará específicamente hacia el tratamiento emocional de esta realidad.

Método: el grupo se puede plantear tanto al ámbito educativo como el ámbito sanitario y el social. Los grupos, en todos los casos, tendrán que tener un máximo de 15 componentes más dos conductores o dinamizadores del grupo.

–          Ámbito educativo: El grupo se realiza en 4 o 6 sesiones, dependiendo del formato horario, en las cuales se informa de los factores de riesgo y señales de alarma más frecuentes para la salud mental. A partir de este estímulo previo, e cada sesión, se pide a los participantes que planteen situaciones concretas y se debaten estrategias para afrontarlas. La frecuencia de las sesiones se puede adaptar a las necesidades de las instituciones educativas pero seria aconsejable que no fuera inferior a la mensual.

–          Ámbito sanitario: puede ofrecerse como una actividad preventiva y asistencial en centros sanitarios, especializados o no especializados. En este caso el método sería el mismo pero la frecuencia recomendable sería quincenal dado que, en este ámbito, no existe entre las familias un vínculo de unión como puede ser: “nuestros hijos van a la misma escuela”. Además, en este grupo, los integrantes serán captados por enfermería y/o médicos de familia y pediatras que acostumbran a detectar situaciones familiares donde ya han cristalizado los primeros síntomas de un trastorno mental.

–          Ámbito social: destinado a familias detectadas tanto desde los servicios sociales de base como desde los equipos de atención a la infancia y adolescencia. También son recursos donde los profesionales detectan los posibles inicios de una patología grave en salud mental y el formato de realización del grupo sería aconsejable que fuese de  frecuencia quincenal.

Tratamiento a núcleos familiares en riesgo:

Objectivo: El tratamiento a a familias tiene como objetivo captar, entender y elaborar el sufrimiento emocional del grupo familiar. Está indicado en varias situaciones pero en este proyecto está destinado a:

  • Familias donde una o varías personas están en riesgo de psicosis o ya ha sido diagnosticada del trastorno.
  • Familias donde hay menores de edad que atendidos a Servicios Sociales o a Equipos de Atención a la Infancia y la adolescencia, en el marco de la Ley 14/2010, del 27 de mayo, de los derechos y las oportunidades en la infancia y la adolescencia (artículos 78 Y 104).

Método: Es recomendable realizar entrevistas de frecuencia quincenal o mensual. Se tienen que valorar siempre las posibilidades reales de asistencia y vinculación.

En las entrevistas es recomendable que intervengan dos terapeutas o dinamizadores, a ser posible de diferente sexo. La dinámica gira alrededor del síntoma o problema manifiesto, del diagnóstico explicitado o del sufrimiento expresado. Los terapeutas facilitarán elementos para la comprensión de las angustias y ansiedades presentes, a partir de las emociones expresadas por los componentes del núcleo familiar. Serán entrevistas abiertas y/o semidirigidas que acompañan a las familias en el proceso que siguen y les dan un lugar donde hablar de los conflictos. Se tendrá especial cuidado para observar las funciones que desarrolla cada miembro del grupo, en especial, quien genera esperanza, quien está motivado por el cambio o quien facilita el compromiso con el tratamiento.

Sobre estos tratamientos familiares disponemos de un protocolo elaborado donde se detallan más ampliamente objetivos y metodología.